Ejercicio “Volcano XIII” en la Región de Magallanes: Coordinación y Preparación ante Catástrofes

La actividad, que incluyó tanto ejercicios presenciales como virtuales, reafirma el compromiso regional de estar preparados para enfrentar cualquier desastre que pueda afectar a la comunidad.

Desde tempranas horas de este jueves 14 de noviembre, las autoridades regionales se encontraban en sus posiciones establecidas dentro del Comando Conjunto Austral, sede de la base operativa que coordina las respuestas ante diversas emergencias, como parte del ejercicio “Volcano XIII”. Este ejercicio, que se realizó por última vez en 2019, tiene como objetivo entrenar a las autoridades y organismos del Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Sinapred) para enfrentar catástrofes de diferente naturaleza. En esta versión número 13, se llevaron a cabo simulacros presenciales y virtuales, desarrollando escenarios de emergencias reales que podrían ocurrir en la región de Magallanes.

El ejercicio comenzó con desafíos relacionados con incendios forestales y un accidente aéreo en las cercanías del Aeropuerto de Punta Arenas, donde a las 11 de la mañana se reportó un incendio en un avión ya en tierra, generando un despliegue inmediato de personal de emergencia. En este simulacro, bomberos, equipos de urgencias médicas y unidades de rescate realizaron su labor en un escenario crítico, atendiendo a las víctimas, algunas de ellas heridas y otras fallecidas, mientras se coordinaba el traslado a centros asistenciales.

Simultáneamente, se decretó una alerta roja por incendios forestales en sectores del sur de Punta Arenas, lo que obligó a una evacuación en varias áreas y a la coordinación con Carabineros para garantizar la seguridad de los ciudadanos en este proceso.

“El objetivo de este ejercicio es poner a prueba las capacidades de respuesta ante situaciones de emergencias, lo que nos permite identificar posibles brechas y mejorar nuestra preparación ante catástrofes”, destacó José Ruiz Pivcevic, Delegado Presidencial Regional de Magallanes, quien encabezó la mesa de decisiones durante el simulacro.

En su intervención, Ruiz Pivcevic subrayó la importancia de estos simulacros reales para la identificación de fallas en los procedimientos y la optimización de los tiempos de respuesta ante eventos de gran magnitud. “Es fundamental que como región estemos preparados para enfrentar una catástrofe, y este ejercicio es una oportunidad invaluable para fortalecer la coordinación entre todas las instituciones involucradas”, afirmó.

El ejercicio también incluyó un simulacro de derrame de sustancias químicas en la Costanera de Punta Arenas, lo que requirió de la intervención de Bomberos y la Policía Marítima para mitigar los riesgos al litoral marino.

El ejercicio “Volcano XIII” es una actividad clave para el entrenamiento y perfeccionamiento de las autoridades regionales en la gestión de crisis. Además, promueve la integración y colaboración de diversas instituciones, como el Ejército, Carabineros, Senapred y otras entidades del sector público, todas trabajando en conjunto para fortalecer la resiliencia regional.

Mauricio Muñoz Fuentes, comandante de operaciones de la V División del Ejército, explicó que la misión del Ejército en este tipo de simulacros es asegurar que las autoridades locales estén preparadas para tomar decisiones cruciales en momentos de crisis. “Nuestra misión es apoyar a la ciudadanía y autoridades ante situaciones extremas, como lo hemos hecho en rescates en Tierra del Fuego y otras emergencias”, indicó Muñoz.

El ejercicio también incluye un componente virtual que conecta a las distintas autoridades para compartir información y coordinar las acciones en tiempo real. Durante la jornada de este jueves, la comunidad fue informada sobre los movimientos de unidades de emergencia, para evitar alarmas innecesarias ante el despliegue de los simulacros.

En resumen, el ejercicio “Volcano XIII” constituye una valiosa oportunidad para evaluar y mejorar la preparación de la región ante emergencias de diversa índole, asegurando que, en caso de una catástrofe real, las autoridades estén mejor coordinadas y sean capaces de tomar decisiones rápidas y eficaces para proteger a la población.